En marzo del 2017, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en prohibir la minería metálica, tanto en el suelo como el subsuelo. La ley ató las manos a las grandes compañías mineras, pero también ha dejado sin opciones a unos 300 güiriseros (mineros artesanales) que tienen décadas de extraer el oro en las minas del cantón San Sebastián, en Santa Rosa de Lima. Con la Ley de prohibición de la minería metálica, el Estado salvadoreño dio un plazo de dos años para que los güiriseros se reinsertaran en otra actividad laboral.
El Estado también se comprometió para asesorarlos y brindarles una asistencia técnica u económica en su transición. Un año despúes de aprobada la ley, esas asistencias no se han cumplido, y los güiriseros dicen que no están dispuestos a dejar la minería, aún cuando saben que en marzo de 2019, comenzarán, por ley, a ser perseguidos. El Ministerio de Economía, ente rector de la minería en El Salvador, asegura que dar asistencia a quienes por generaciones han encontrado en la minería un trabajo de subsistencia es complicado.
Según Economía, aún trabajan para encontrar una alternativa laboral a los güiriseros. La Dirección de Minas e Hidrocarburos dice que la complicación estriba en que el trabajo de los güiriseros es un modo de vida con un arraigo cultural transmitido de generación en generación. "Estos trabajadores artesanales han establecido un sistema económico alrededor de la minería, que aunque están en riesgo inminente, han construido un modo de vida alrededor de esta actividad, ya que se genera no solo una condición de empleo, sino una forma de organización social alrededor de ello, como también en mentalidades y condicionamientos, los cuales se reproducen en patrones culturales y pautativos que implican ya no solo una fuente de subsistencia sino la construcción de una cotidianeidad", responde la Dirección de Hidrocarburos y Minas a una solicitud de acceso a la información enviada por El Faro.
Fredy Flores, presidente de la Adesco y representante de los güiriseros, asegura que actualmente los mineros de San Sebastián buscan que se derogue el artículo II de la ley. Para Andrés Mckinley, especialista en agua y minería de la Universidad Centroamericana, derogar el artículo II es un peligro debido a que en la zona del Bajo Lempa hay minas abandonadas, y otros güiriseros podrían interesarse en buscarlas para extraer oro de ellas y contaminar el río Lempa.
Original: El Faro